sábado, 26 de febrero de 2011

El Ateneo de Madrid

Entrada al Ateneo
En el trimestre pasado, La Boulé comenzó a pensar en posibles actividades que poder ofrecer a nuestros socios. Tras el intento de alguna que otra actividad, que finalmente no pudimos realizar, Gema, profesora de inglés de nuestro centro, nos propuso realizar una pequeña visita a la institución cultural "El Ateneo", a la que ella pertenece.

Y como consecuencia, la fecha de la visita quedó fijada para el pasado jueves 17. Después de reunirnos en el metro del barrio, salimos hacia el Ateneo. Habíamos quedado exactamente en la puerta de éste a eso de las cinco y media, para después comenzar la visita.

Primeramente, Zita, socia del Ateneo y amiga de Gema, empezó hablándonos de los orígenes de esta institución, fundada en 1835, como Ateneo Científico y Literario. Una visita realmente interesante que estuvo plagada de divertidas anécdotas. Entre ellas figuran la del pintor Antonio López, quien en su juventud donó una de sus obras a la institución. Hace poco tiempo el pintor recordó que había cedido una de sus obras, e incrédulo averiguó que esa obra había desaparecido del Ateneo.

Recibidor con dos estatuas
Por allí han pasado innumerables intelectuales, entre los que figuran el físico alemán Albert Einstein o el reciente premio nobel de literatura, Mario Vargas Llosa. Mientras Zita nos daba una pequeña clase de historia del Ateneo en las escaleras de la entrada, tuvimos la suerte de ver al actual director del Ateneo, Carlos París, quien es un filósofo, escritor y columnista español. Es a su vez Catedrático Emérito de Filosofía en la Universidad Autónoma de Madrid. Fue elegido presidente del Ateneo el 28 de mayo de 2009, puesto en el que estuvo anteriormente.


Pasillo con los retratos
de los presidentes
El ateneo en sus inicios, estaba formado por personas que pertenecían a una sociedad burguesa, actualmente es una institución privada que está subvencionada por el Estado. A su vez, tiene un origen y reglamento masónico. Algo que podemos descubrir si nos fijamos en los pequeños detalles que decoran su interior, y con esto me refiero a las pequeñas estrellas, palmas y hojas de acacia, característicos de la simbología masónica. Esto de la masonería es algo que ha causado gran impresión entre nosotros, al descubrir que estaba muy extendido entre los intelectuales españoles. Los años de dictadura fascista afectaron en gran medida a la actividad del Ateneo. Durante esta época se eligieron, de forma no democrática, sucesivos presidentes de la institución, pero al ser elegidos de tal manera han sido excluidos de la galería en la que aparecen los retratos de los sucesivos presidentes.
Sala de Conferencias

Según nos contaron, en los reglamentos redactados en el siglo XIX, se defiende una institución totalmente democrática, algo innovador para la época, que permite a sus socios la libre expresión de sus ideas, entre las que figuran las más extremistas.

Lo que más llamó nuestra atención fue la impresionante biblioteca que dispone el Ateneo, a la que accedimos en pequeños grupos. La biblioteca posee cristaleras en uno de sus laterales, que permite la entrada de luz durante el día. En el centro de ella están dispuestas, de forma contigua, una serie de mesas ligeramente inclinadas, recordándonos así a la biblioteca que aparece en Harry Potter. Para poner una cifra esta biblioteca posee más de medio millón de volúmenes, el Ateneo posee un tomo de cada obra española publicada a partir del XIX. Por desgracia en la biblioteca no se nos permitió tomar fotos, así que no os podemos enseñar su aspecto.

Detalle del techo en la sala
de conferencias
Escalera a la biblioteca
Después de quedarnos anonadados con esta impresionante sala, hicimos acto de presencia en una pequeña sala de proyecciones, en la que curiosamente alguien había cambiado la posición de los asientos, situándolos de espaldas a donde se situaba la pantalla. Pasamos junto a una pequeña sala de prensa y por último entramos en el fichero. Poco después finalizamos la visita, a pesar de no haber podido visitar todas las salas, y en especial el despacho de Azaña, aún así estábamos más que contentos por haber tenido la oportunidad de pisar esta gran institución.


Podéis ver todas las fotos aquí- Visita al Ateneo

martes, 15 de febrero de 2011

El discurso del rey

Hoy miércoles, poco después del comienzo del recreo, los alumnos de primero y segundo de bachillerato salían del instituto en dirección a los cines Renoir en Retiro, para realizar una actividad propuesta por el departamento de inglés. Tras un breve viaje en el suburbano de Madrid, salimos a la superficie poniendo rumbo al cine. Una vez dentro, no tardó en dar comienzo la proyección de la película El discurso del rey –The king´s Speech- en inglés. El filme británico-australiano, dirigido por Tom Hooper y escrito por David Seidler, ha recibido buenas críticas este nuevo año, prueba de ello son las numerosas nominaciones a los Globos de Oro y a los Oscar que ha recibido.
Los docentes y estudiantes ocupábamos gran parte de la sala, que estaba a nuestra entera disposición, siendo el IES Valdebernardo el único público allí presente.

A pesar de la duración de casi dos horas y de la ausencia de desnudos y balística, el filme consiguió captar la atención del joven público. Sin embargo, puede que el interés de ver la película se viese rebajado por la pereza de leer los subtítulos, dado que la película estaba en versión original. En ciertos momentos, el continuo tartamudeo del protagonista, Bertie, hizo poner de los nervios a más de uno, logrando contagiar la frustración de no poder hablar con una fluidez normal.



Sinopsis
Tras la muerte de su padre, el rey Jorge V, y la abdicación de Eduardo VIII, Bertie, lastrado siempre por un angustioso tartamudeo, asciende al trono como Jorge VI de Inglaterra. Su país está al borde de la guerra y necesita un líder, por lo que su esposa Isabel, la futura reina madre, le pone en contacto con Lionel Logue, un excéntrico logopeda. A pesar del choque inicial, los dos se sumergen en una terapia poco ortodoxa que les unirá inquebrantablemente. Con el apoyo de Logue, su familia, su Gobierno y Winston Churchill, el rey supera su afección y pronuncia un discurso radiofónico que dará fuerzas para la guerra